fisioterapia y parkinson

En nuestra entrada de hoy vamos a hablar sobre la fisioterapia y Parkinson. Como sabéis la enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo de etiología aún desconocida.

Vamos a dar unas pequeñas pinceladas de en qué consiste esta enfermedad y sobretodo de sus síntomas motores, por que es ahí, donde nosotros la fisioterapia y parkinson pueden complementarse para ayudar más a los pacientes.

El párkinson es una enfermedad producida por un proceso neurodegenerativo multisistémico que afecta al sistema nervioso central (deficiencia dopaminérgica asociada a la degeneración de la sustancia negra, que forma parte de los ganglios basales). Esto provoca la aparición de síntomas motores y no motores. Se trata de una enfermedad crónica, incapacitante y afecta de forma diferente a cada persona que la padece. La evolución puede ser muy lenta y progresiva en algunos pacientes y en otros puede evolucionar más rápido.

fisioterapia y parkinson

Donde la fisioterapia puede actuar más es en los síntomas motores de la enfermedad. Los  más frecuentes son: el temblor de reposo, la rigidez, la lentitud de movimientos, bradicinesia e hipocinesia, la inestabilidad postural, alteración de la motricidad fina, pérdida de reflejos posturales, alteración de la marcha y bloqueos… entre otros.  Otras regiones del sistema nervioso y otros neurotransmisores diferentes a la dopamina están también involucrados en la enfermedad, añadiendo los conocidos como síntomas no motores. Pueden aparecer años antes que los síntomas motores, por lo tanto se los conoce como “síntomas premotores”. Los más conocidos son: depresión, apatía, reducción del olfato, estreñimiento y trastorno de conducta del sueño REM (sueños  vívidos).

¿Qué aportamos con fisioterapia y parkinson?

Además del tratamiento farmacológico, es muy importante que el paciente realice de forma regular actividad física y rehabilitación para ir previniendo los síntomas motores antes descritos o si ya están presentes, intentar que evolucionen y afecten a la calidad de vida del paciente de forma más lenta.

Durante las sesiones se realizan estiramientos y ejercicios para luchar contra la rigidez, tanto de las extremidades como del tronco. La rigidez axial lo vemos en muchos de estos pacientes, llegando a afectar su capacidad respiratoria por la pérdida de movilidad del tórax.

Trabajaremos también los cambios de posición (cómo tumbarse, moverse en la cama, sentarse, ponerse de pie etc) para no perder autonomía.

Las reacciones de equilibrio, ya que hemos dicho que los reflejos posturales se ven afectados… Los pacientes tienen menos recursos automáticos para evitar caerse ante situaciones de desequilibrio, por lo que estos ejercicios van a ser fundamentales.

Trabajo postural

Haremos mucho hincapié en la rehabilitación de la marcha.  Trabajando la cadencia de paso, la longitud, el braceo, el paso de obstáculos, la disociación de cinturas que se ve afectada por la rigidez y sobretodo los bloqueos de la marcha. Estos últimos son muy limitantes en los pacientes que aparecen y con la ayuda de pistas visuales, auditivas, ritmos, etc, enseñamos y entrenamos al paciente a poder solventarlos.

A medida que el paciente nos refiere dificultades o vemos que aparecen nuevos síntomas en la consulta,  iremos adaptando las sesiones de fisioterapia e insistiendo en aquello que más limite al paciente en ese momento, con el objetivo de mantener la mayor autonomía posible.

Desde PHYSICALMED animamos a todas las personas afectadas por esta enfermedad a que consulten a un fisioterapeuta especializado en neurología para diseñar un tratamiento personalizado a sus síntomas y situación.

Cuanto antes se empiece a ejercitar y trabajar más fácil será para el paciente poder poner en práctica lo aprendido en el momento que aparezcan las dificultades y pérdida de autonomía.

Consúltanos en info@physicalmed.es o en el teléfono 917596779.

 

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